Pdf. de "El irresponsable"
CRIMEN
Y POESÍA CONTRA LA ESCUELA EN EL IRRESPONSABLE
No
es fácil hablar de El
irresponsable.
Estamos acostumbrados a comentar obras que se asemejan las unas a las
otras, que aceptan las reglas del juego tácitas de la escritura, que
parecen haber sido compuestas pensando en el lector y en el modo de
agradarle. Y ahora hemos tropezado con un texto atrozmente singular,
tanto en la forma como en el contenido; una obra que debió
escribirse de espaldas al mundo, sólo pendiente de sí misma,
replegada sobre sí misma, constituyendo un universo propio, con
extraños moradores (el Esquizo, el Comediante, el Apátrida, el
Libertino, el Desertor, el Criminal, figuras desplazadas, todas, de
ese Irresponsable que se nos presenta como un anti-profesor
'magistral', un pedagogo de la deseducación, un educador en la
anti-pedagogía), con sucesos inauditos (la 'conquista' de la
Expulsión, el arraigo en la esquizofrenia, la perseverancia en el
crimen,...), con inquietantes consignas ("negar la Ley desde
fuera de la Moral"; "recuperar el Cuerpo"; "aceptar
el huir antes que vivir quieta e hipócritamente en falsos refugios";
"darse muerte como la rosa que, sin porqué, florece porque
florece").
El
irresponsable trata de la educación, de nuestras escuelas,
del profesorado; pero lo que dice es 'distinto', y lo dice 'de otro
modo'. Con una desesperanzada energía, con una pasión casi
consuntiva, Pedro García Olivo se subleva contra la forma 'moderna'
de enseñanza, contra los educadores 'progresistas', contra los
inconfesables propósitos políticos de todo Reformismo Pedagógico.
Puebla su libro de imágenes, de metáforas, de alegorías; lo tiñe
de poesía y de tragedia; se rodea del discurso de los demás, se
deja acompañar por las voces de sus queridos inspiradores, poetas
románticos y escritores malditos en primera línea (Rimbaud,
Baudelaire, Blake, De Quincey, Wilde, Artaud, Genet, los presos de
Fontevrault, etc.; pero también Nietzsche, Van Gogh, Kropotkin,
Bakunin, Bataille, Brecht, Lawrence, Godard y tantos otros);
convierte cada capítulo en un viaje por tierras desconocidas, pero
un viaje realizado por el placer del trayecto, del recorrido, y no
bajo la exigencia de llegar con prontitud a un punto determinado; y
propone, al fin, casi lo inadmisible, lo intolerable, lo monstruoso,
algo que tiene que ver con la locura, con el terror, con el arte: una
práctica rigurosamente criminal de la docencia, encaminada a la
consecución de la Expulsión. "La policía de la Enseñanza
-nos dice- no ha sido diseñada para 'manejar el hacha', sino para
'administrar los sobornos'. No tiene por objeto aniquilar la sedición
tanto como someterla a reglas segundas y convertir la desobediencia
interna en factor de reproducción del Orden de la Escuela. Quisiera
tener siempre las manos limpias, evitar los delitos de sangre, que el
recuerdo de la tortura y de los descuartizamientos no perturbara más
la gestión de los ilegalismos útiles. Y eso es lo que el
Irresponsable impide. Por ello, la policía 'derrota' al Reformista,
al Ingeniero, al Infiltrado, y 'fracasa' ante el escándalo del
Suicida que le reclama en público la más atroz de las muertes, o
ante la astucia del Guerrero que se derrumba sonriente bajo sus
puñaladas."
¿Qué
es El irresponsable? ¿Un ensayo? ¿Una obra de
narrativa? ¿Un tratado de filosofía? ¿Una propuesta poética? No
sabríamos decirlo, aunque tiene mucho de todo eso. ¿Qué pretende
García Olivo con este libro? Probablemente lo mismo que con Un
trozo de hueco, la novela publicada hace unos meses por Iralka,
en cuya contraportada se puede leer lo siguiente: "Allí donde,
en el cerebro del lector, todo se pacifica y sosiega como ante un
inmenso mar calmo, el autor de este libro quisiera poner un pequeño
infatigable erizo. Y que 'ahí' se remueva, y que clave sus púas en
la consciencia. Presentamos una obra inquietante, digna de amar y
digna de odiar." ¿Desde dónde está escrito El
irresponsable? ¿Desde la cordura o desde el desafuero? Quizás
el mismo autor nos haya dado la respuesta en "La carta
extraviada", pequeña composición publicada en la revista Al
Margen: "Entre la razón y la locura hay un tabique muy
fino. Nunca me importó estar de un lado o de otro. A menudo, me he
sentido exiliado de ambos mundos. Pertenezco al reino de los que, sin
estar locos, no pudieron ser cuerdos."
Leer El
irresponsable es una aventura desconcertante. Sus tesis,
irremediablemente polémicas, pueden abrir heridas a un flanco y a
otro de la Opresión, entre los adoradores del Sistema, pero también
entre sus críticos. Las Siete Entidades, como editora,
ha demostrado una gran flexibilidad intelectual al acoger esta obra,
sin duda intempestiva. No es pequeño el riesgo que ha decidido
correr. Dotándola de una maquetación y un diseño visualmente muy
atractivos, con una cubierta y unas ilustraciones que reflejan (una
vez más) el oficio y la creatividad de Marisol Caldito, esta
asociación cultural le ha dado las alas de la imprenta a un bonito
libro diabólico; un trabajo inclemente, con cuyo contenido muchos
lectores se declararán en franco desacuerdo; un texto inquisitivo,
hostigante, se diría que escrito entre las zarpas del dolor. No, no
ha sido fácil hablar de El irresponsable... Nos vamos a
despedir con los versos que dan término asimismo a la obra:
La
noche empuja al día hacia otra parte.
Es la hora del suicidio
antiguo,
sin rastro de náusea en los labios,
sin rastro de ira
en el fondo de los ojos.
(Bicel,
n.º 10, octubre de 2000, pp. 26-27)
(El
irresponsable, Asociación cultural "Las Siete Entidades",
Sevilla, 2000, 94 pp., primera edición; Editorial Brulot, Madrid,
2007,106 pp., segunda edición; Editorial Brulot, Madrid, 2008, 120
pp., tercera edición)